sábado, 10 de julio de 2010

Expedición Saros: Día 3

Hoy la expedición dedicó la jornada a explorar los rincones de la isla, para tal efecto contrataron una excursión en vehículo todoterreno que les llevaría hacia el interior de la isla, se mostraban impacientes ya que hasta el momento sólo habían visto la capital de la isla y la zona circundante al hotel donde se encuentran hospedados, el viaje les mostraría un ambiente totalmente rural y aislado de la zona turística, para tal efecto contrataron a un guía.
La jornada turística comenzó a las 9:30 am. Según me relata Frank, le llamó bastante la atención los microclimasque se dan en la isla, cambiando tanto las condiciones meteorológicas como el paisaje en cuestión de pocos kms, a medida que se introducían más y más por la isla, pasaron de disfrutar de un cielo despejado por la zona donde se encuentran hospedados en el hotel, a tener que guarecerse de las lluvias torrenciales que se dieron por el interior de la isla, sin bajar la temperatura en ningún momento, lo cual es una situación típica de la zona ecuatorial donde se forman impresionantes tormentas a consecuencia del calor y la humedad, cuyas cimas suelen llegar a bastante más altura que las que se producen normalmente por nuestras latitudes, ocasionando lluvias intensas y diarias, de las cuáles no se pudieron librar los expedicionarios, asimismo el cambio del paisaje fué espectacular, prácticamente un paisaje selvático con abundantes cursos de agua.






La isla dispone de una autopista en relativo buen estado, no sucede lo mismo con las carreteras interiores donde presentan un estado lamentable, sin duda todo un acierto haber elegido el todoterreno para realizar la travesía. Una vez dejaron atrás la autopista y la civilización, pasaron por una ruta donde apreciaron un relieve bastante impostante, consistente en la mayor parte por paredes verticales de bastante embergadura, el agua discurría por todas partes en forma de nacientes, saltos, ríos, etc...con vegetación propia de la selva.




La lluvia, según me relató Francisco Rodríguez, era intensa por momentos y constante, típica situación del clima ecuatorial donde llueva a diario, sin llegar a descender la temperatura en ningún momento, según midieron in situ, 26ºC constantes y una humedad del 100%.




Degustaron un buen almuerzo en un restaurante local situado dentro de la gran caldera volcánica que domina la parte central isla. Una vez descansaron tras el almuerzo, el guía les propuso visitar un popular riachuelo en el que se forma una piscina natural alimentada por las constantes lluvias torrenciales.




Marcos y Oscar se dieron un chapuzón siempre con la vista en el agua con cierta desconfianza por si aparecía alguna anguila, las cuales ya habían visto previamente en otra laguna, y según sus palabras, superaban el metro de longitud.
Pasadas las 18 horas, llegaron al hotel de nuevo con el tiempo justo para acercarse a la playa y observar la puesta de Sol con la espectacular imagen de la isla de Moorea al fondo, otra de las espectaculares y más importantes islas de la Polinesia, a la cual se dirigirán el próximo martes, donde probablemente se encontrarán con más cazadores de eclipses, uno de ellos un viejo conocido es Cris Maliky, un viejo conocido con el que ya coincidieron en Ávila tras la observación del eclipse anular de Sol de España en 2005. Este será su 13º eclipse total de Sol y tendrá la oportunidad de observarlo en otro pequeño atolón llamado Hao.






Por la noche y, como parte de las tareas que se han propuesto realizar en el viaje, se alejaron del hotel huyendo de la contaminación lumínica y pudieron realizar una observación del cielo austral, con el instrumental que emplearán en el propio eclipse, así como algunas espectaculares astrofotografías de los cielos exóticos del sur.
En la primera astrofotografía se aprecian las Nubes de Magallanes, uno de los tesoros del sur no observables desde las islas Canarias



En esta otra astrofotografía se aprecian varios detalles clásicos, que en este caso si son observables desde Canarias aunque con dificulades, se trata de las estrellas guardianas de la Cruz del Sur (Alfa y Beta Centauri), así como la propia Cruz del sur, el saco del Carbón que consiste en una nebulosa de absorción inmersa en plena vía láctea, perfectamente apreciable al lado de la cruz del sur, y la constelación del Centauro casi completa.

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